ArtÍCULO
MI PROPÓSITO, TU OPORTUNIDAD
Había una vez un Hombre que no sabía que rumbo darle a su vida, cumplía sus 34 años y por diferentes circunstancias, decisiones y sobre todo por mucho arraigo al pasado, no sabía qué hacer. Se cuestionaba y comparaba mucho con las demás personas que tenían más o menos que él. Tenía miedo de salir de la zona de confort y, además, las dificultades con su esposa en el matrimonio eran cada vez más frecuentes, tristes y desamorosas.
También, al llegar a esa edad vivía con una realidad que le desestabilizaba mucho su vida, su hijito querido padecía una enfermedad inesperada que lo tumbó al suelo de las más negativas emociones, lo amilanó y lo abatió por completo; sentía que muchos sueños se estaban acabando. Los deseos y los anhelos también estaban cuesta abajo y a la orden del día y eso le causó una gran depresión acompañada de mucha ansiedad que lo hacía cuestionarse que era eso que había hecho mal y porque le pasaba eso si no era una mala persona.
Las malas decisiones para con su vida mental, espiritual y física no estaban a plenitud y tampoco tenían un equilibrio, existía un desorden emocional y el abismo era cada vez más profundo.
Un día sólo se dio cuenta que no podía seguir así, se arrodilló y le pidió a Dios que le ayudara, que lo abrazara y le diera mucha fortaleza porque él sabía en lo más profundo de su corazón que su vida no era sólo sufrimiento y que él había sido creado con un propósito de vida muy fuerte.
Fue allí donde empezó un cambio y comenzó a darse cuenta que no podía resolver todo solo y que necesitaba ayuda, aceptó su realidad y comenzó a sanar en su interior y en su alma; buscó ayuda profesional y encontró Ángeles en su camino, uno de ellos que le llaman psicólogo y a través de múltiples terapias y encuentros muy amenos, este hombre aceptó, sano y descubrió que si se podía crear una vida nueva y que sólo había que decidir hacerlo.
Y así fue naciendo un espíritu resiliente, un espíritu diferente, motivado e inspirado que entendió que, sí sanaba y mejoraba desde adentro todo a su alrededor también lo hacía y se dio cuenta que había que dejar de lado las excusas y la procrastinación, que tenía que levantarse, sacudirse y seguir porque la vida tenía sentido, que había que esforzarse, sacrificarse y ser muy valiente para vivir y hacerlo a plenitud.
Se fueron entonces destruyendo en ese proceso muchas creencias irracionales del pasado, muchas heredadas y otras adquiridas a lo largo de su vida y se fueron estableciendo nuevos hábitos que comenzaron a dar respuestas a ese propósito de vida para el cual, él fue creado. Su mente dejó de ser pequeña y cada día con cada cosa nueva que descubría fue creciendo y expandiéndose cada vez más y más y entendió que tenía poderes, muy grandes poderes y que no sabía que los tenía y empezó a usarlos haciendo de ellos su mejor herramienta de vida.
Descubrir para que era bueno y en que se desempeñaba mejor, fue algo muy asombroso y era que él podía trascender en las demás personas para que desde su propia vida inspirara a los que no encontraban sentido a las suyas y ayudarles a construir ese proyecto, esa resiliencia, ese rumbo de vida y propósito en este mundo en donde la edificación, la construcción, pero sobre todo la solidaridad y el amor eran las fuentes necesarias para salir adelante.
Luego de sanar, luego interiorizar, luego de reflexionar, luego de aceptar y luego de comenzar a vivir a plenitud desde su interior, inicio su Marca personal de asesorías y capacitaciones como coach de vida y emprendimiento porque entendió que su propósito era la oportunidad de mostrar a muchos como abrazar su verdadera oportunidad de sentirse autorrealizados constantemente, ¡mientras damos paso por este mundo en este regalo tan maravilloso al que llamamos… Vida!
Ese hombre soy yo.
Tu cercano servidor,
Gino Corcione.
Embajador de sueños
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