ArtÍCULO
ACEPTANDO LA REALIDAD
En un punto de mi Vida la oscuridad comenzó a invadir mi ser de una forma impresionante. La falta de Gracia, de templanza, de temor a Dios, de fortaleza Espiritual, de Oración, de servicio a los demás, así como la inseguridad en mí mismo, la baja autoestima y sobre todo los vicios personales, poco a poco comenzaron a ser protagonistas en mi día a día y sin duda minaron por completo mi realidad, explotando en los momentos menos adecuados, dañando e hiriendo a quienes estaban a mi alrededor.
Esos momentos fueron muy enceguecedores y por lo general creía que tenía la razón, que lo que estaba haciendo estaba bien y tendiendo a creer que era la solución para sobrellevar el sufrimiento o el dolor que por esos momentos acaecían en mi vida. Pero no, por el contrario, fue lo peor, me lo creí completamente y la oscuridad era cada vez mayor.
¿Te has sentido alguna vez de esa forma?… seguro que sí, ni extraterrestre que fueras y es lo más normal desde la esencia de la vida humana.
¿Pero sabes?, Dios se las traía conmigo y en su forma misteriosa de actuar, me comenzó a mostrar que las cosas podían ser diferentes.
Uno de esos bálsamos misteriosos llego en el año 2019, pasaban ya algunos días del mes de octubre e interiorizando un poco en el desorden en el que me encontraba, simplemente decidí ponerme en manos del Don de ciencia que Dios puso en la Vida del Dr. Adolfo Castilla, un psicólogo, pero ante todo una gran persona y profesional, quien, con un método muy práctico, sencillo, pero sobre todo humano, me mostró que la felicidad no es una meta sino una decisión constante de Vida.
Fue allí cuando me di cuenta que reconocer que tenemos problemas, es la muestra más grande de lo valiente que podemos llegar a ser y que siempre hay una nueva oportunidad. Dios se vale de todo, hasta de las situaciones y problemas más difíciles, propios y de otras personas, para enseñarnos lo que no se debe hacer.
Ese día de octubre de 2019, decidí actuar, salir de ese trance en el que me había metido y en el que me hundía cada día por no saber qué hacer y por estar desestabilizado emocionalmente. La terapia sicológica es una Bendición que Dios nos regala, pero más aún, quien la preside, profesionales con vocación y humanidad tal, que son capaces de sacar lo mejor de uno y de inspirarnos. Eso fue entonces lo que sucedió, inicie terapias y debo decir que ha sido maravilloso, me he reencontrado conmigo mismo volviendo a Orar de madrugada, a meditar, a aceptar que la vida no se acaba por una enfermedad y que no podía darle más poder al diagnóstico de mi hijo que a la propia vida que brota con su sola existencia.
Aprendí también, que la mezcla de la buena alimentación, la lectura constructiva y la realización de ejercicios conductuales y cognitivos, son un detonante para volver a vivir y haciéndolo a plenitud, realmente es indescriptible la sensación que se siente la conjugación de esos tres factores en el cuerpo, en el alma, en la mente y en el espíritu.
Sin duda alguna soy un nuevo hombre, soy un hombre nuevo. He podido descubrir que “ACEPTANDO LA REALIDAD” termino la búsqueda, pero inicio la travesía de ser un hijo de Dios con un verdadero propósito de vida.
Tu cercano servidor,
Gino Corcione.
Embajador de sueños.
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