ArtÍCULO
CAMBIAR PARA CRECER
En la vida, las personas vivimos situaciones internas y externas que, si no las esperábamos, suelen desajustar las dimensiones física, espiritual, mental y emocional de las que consta el ser humano.
Las expectativas de la gente sobre el futuro se ven perturbadas debido a esos cambios, especialmente durante las crisis. Esto reduce su sentido de control y su capacidad para procesar la información, generando a su vez, ansiedad y estrés.
Cuando esto sucede (sostienen los profesionales), esa parte del cerebro que se ocupa de las emociones, se apodera del sistema cognitivo que analiza e interpreta el comportamiento dando como resultado el pánico y un estado mental de defensa.
He aprendido que eso, en muchas ocasiones, puede crear grandes carruseles emocionales que hacen que actuemos de una forma inusual e inesperada haciéndonos daño y a quienes están a nuestro alrededor. Desde una enfermedad insospechada que aparece repentinamente hasta la noticia de que hemos sido despedidos de nuestros trabajos, cualquiera que sea la situación, podemos decir que estamos ante un proceso de Adaptación al cambio.
¿QUÉ ES LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO?
Son momentos de la vida en los que se genera una gran incertidumbre, pero a su vez comienza una búsqueda de soluciones a eso que ha acontecido. Es en estos momentos que se manifiestan tres posibles comportamientos: la lucha, la huida o la parálisis. Todo esto tiene su explicación desde tiempos prehistóricos, cuando los seres humanos estaban constantemente acechados de peligros.
¿CÓMO RESPONDEMOS ANTE LOS CAMBIOS?
Aprendí que es importante entender que la resistencia es inevitable ante cualquier cambio importante y que esta puede ser en realidad una señal positiva, una evidencia de que estamos conscientes de ese factor cambiante. Es una reacción natural al sentir una pérdida de control.
ENTONCES… ¿CÓMO ME ADAPTO?
Estando bajo estrés, es m{a común reaccionar favorablemente a las personas de confianza, es por eso que debes acudir en esos momentos a quienes te representan garantías, seguridad, aquellos que sabes quieren lo mejor para ti y te ayudan sin compromiso alguno a sobrellevar la situación de manera emocional, con un buen consejo o ayudándote material y económicamente de ser el caso requerido.
Elegir personas que han demostrado credibilidad y han sido eficaces en situaciones pasadas se convierte en algo imperativo. Eso sí, toma precauciones de a quien le cuentas las cosas, no todos tienen buenas intenciones.
“La empatía ayuda a reducir la ansiedad y a preparar a la gente para escuchar cualquier cosa que venga a continuación”
Otras maneras que a título propio me ayudaron fueron:
- Orar de madrugada
- La terapia psicológica
- Caminar en la playa a pie descalzo
- Hacer ejercicio constantemente (trotar)
- Meditar 15 minutos al día con ejercicios de respiración.
- Entrenarme en inteligencia emocional
- Recordarme que lo más valioso es estar vivo y todo lo demás siempre tendrá una solución menos la muerte.
“La resistencia es la primera señal de que la gente se está tomando la adaptación al cambio en serio”
REFLEXIÓN FINAL
En los diversos cambios que he tenido que vivir, me he dado cuenta que tener una mentalidad de aprendizaje será más útil siempre. Recuerdo mucho que el problema no es el problema sino la manera en que lo abordamos y que toda obra para bien si bien lo tomamos. Pensar de esa manera se vuelve esperanzador y sobre todo cuando estamos embotados ante la toma de decisiones. Implica adaptarse a lo que se necesita y estar dispuesto a ajustar el plan a medida que surjan nuevos hechos.
No es sólo lo que haces lo que importa. La forma en que lo hagas es igual de relevante, y en tiempos de crisis, es aún más importante hacerlo bien. Además, se te activa una habilidad muy importante para tu crecimiento personal y autorrealización de vida, como lo es el Liderazgo.
La reacción correcta del liderazgo ante la resistencia debe ser escuchar con empatía. Sólo así se puede recordar a la gente por qué las cosas deben cambiar y comenzar a discutir cómo lograr que el cambio ocurra.
Hay que ser como el cactus – dijo la abuela: Adaptarse a cualquier momento, tiempo y circunstancia. Ser fuerte y, aun así, nunca olvidarse de florecer.
Siempre en mi Corazón.
Tu cercano servidor,
GINO CORCIONE CORTES
EMBAJADOR DE SUEÑOS
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